PRESENTACIÓN

martes, mayo 22, 2012

ENSEÑANZA, RECORTES Y CALIDAD

El pasado mes de febrero me encontré con Manolo, un amigo que hacía tiempo que no veía. Andaba el hombre muy preocupado porque la calefacción de su casa no funcionaba bien. O sea, no calentaba lo que tenía que calentar. Manolo me explicó que había optado por aumentar la cantidad de agua (inmediatamente pensé que la calefacción no estalló porque debería de tener algún escape). El caso es que esta atrevida acción de mi amigo Manolo no hacía que mejorase el funcionamiento de su calefacción. Yo le dije que quizá era más sabio dejar de echar más agua. Sería más eficiente, de momento, utilizar el valioso líquido para regar las plantas o lavar las verduras. Después sería conveniente pararse a pensar y tratar de averiguar cuál sería la avería de la calefacción. Y una vez localizada, arreglarla. Solo entonces sería recomendable ir echando agua a ver si mejoraba el funcionamiento. Se trataría de comprobar la cantidad de agua que era necesaria para alcanzar un óptimo. Pues es obvio que tras alcanzar este óptimo, más agua no mejoraría la eficacia del aparato. Manolo me agradeció el consejo y me dijo que lo pondría en práctica. Mi perplejidad vino sin embargo después. Resulta que Manolo y yo tenemos la misma profesión. Somos profes de Secundaria. Me dijo que había que ir a la huelga porque los recortes perjudican la calidad de la Enseñanza. Yo le expliqué que el problema era similar al anterior. Establecer una relación directa entre la cantidad de dinero y la calidad de la Enseñanza era al menos tan controvertido como relacionar la cantidad de agua y la calidad de su calefacción. Manolo se sintió muy incómodo con mi observación. Y tras un gesto de extrañeza me dijo que la cuestión no era comparable. En ese momento yo le invité a que echase una ojeada al siguiente gráfico:

Y después le invité a que examinase los informes pisa y los índices de fracaso escolar durante los mismos años (estos datos se pueden recopilar con un poco de paciencia buceando en internet). Manolo se fue a su casa y yo a la mía. Pero a la semana siguiente nos volvimos a encontrar.
      _¿Qué tal, Manolo?¿ Sigues pensando lo mismo? 
     _No. La calefacción me funciona estupendamente. Gracias por tu consejo. 
     _No me refería a esto, hombre. Me refería a la Enseñanza.
   _Eso es otra cuestión. Hay que movilizarse contra los recortes. Todo por la calidad de la Enseñanza. 
     En fin. Manolo y yo nos despedimos amistosamente. Él fue a la huelga y yo no. 

Fuente de la gráfica:Wonkapistas

2 comentarios:

  1. Anónimo6:37 a. m.

    Ajá. Así que resulta que habíamos alcanzado el óptimo de inversión en enseñanza hace tiempo, y los recortes no hacen sino recoger el "agua sobrante". Estupendo. Así llamaré yo a partir de ahora a mis cinco colegas del Instituto que se quedan sin trabajo como consecuencia de los recortes, agua sobrante. Las dos horas adicionales son también esa agua sobrante. El espacio que quedaba libre en las aulas de 25 alumnos ahora rellenados con otros cuantos sigue siendo agua sobrante. Quizá el dinerito que usted se ahorró al no secundar la huelga era el agua necesaria.
    ¡Qué buen profesor es usted, qué bien se explica, y qué tonto ese manolo y yo que no le comprendemos!

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  2. Estimado Manolito Anónimo, puede aumentar la inversión en la enseñanza si le place como se lleva haciendo desde hace más de veinte años. No aumentará la calidad. La razón es sencilla. Los males de la enseñanza son estructurales. Y en gran medida se derivan de la logse-loe. Tema tabú para sindicatos y manifestantes.
    En relación con los cinco colegas que no trabajaron el curso pasado, son cinco tragedias que vienen a sumarse a los millones de parados de este país. Miles de albañiles, camioneros o taxistas están en la misma situación. Mi consideración y respeto para todos ellos. Ser corporativista no es ser más justo. La cuestión es que usted relaciona este hecho con la calidad de la enseñanza. Y yo no. Las horas que tales profesores no dan las damos los profesores en activo.
    Es obvio que estoy en contra de dar más horas de clases, cobrar menos o tener más alumnos en algunas aulas. Pero la consecuencia directa de todo ello es que estoy más cabreado. No menos calidad en la enseñanza. Desgraciadamente ésta es pésima. Exactamente igual que años pasados que había más interinos, cobrábamos más y trabajábamos menos.
    Día tras día desde hace más de veinte años se desmorona la enseñanza media en España (y no precisamente por cuestiones económicas). Año tras año generaciones de alumnos cada vez peor formados. Pero usted se pone santurrón y revolucionario cuando le tocan el bolsillo y le aumentan las horas de trabajo. Qué malos los que no hacemos huelga y qué bueno, altruista y solidario usted.
    Por favor, no mezcle sus condiciones laborales (que se pueden y se deben defender con algo más de dignidad) con la calidad de la enseñanza.

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