lunes, mayo 27, 2013

KUNG FU: CONOCIMIENTO O SABIDURÍA


 
En ocasiones comento a mis alumnos que hay que distinguir entre conocimiento y sabiduría. La sabiduría necesita de conocimiento, pero el conocimiento mismo no garantiza la sabiduría. Somos sabios cuando no solo conocemos lo que se debe hacer sino que, además, lo hacemos del modo adecuado y en el momento oportuno. Para ello hace falta capacidad de juicio y tiempo para ejercitarla.

Sabiduría viene de sapere que en latín indica saborear. Ciertamente la sabiduría es la masticación, paladeo y digestión del conocimiento. El conocimiento vivenciado, integrado en nuestro ser. Algo, evidentemente, muy difícil. Todas las escuelas de filosofía práctica de la antigua Grecia y las llamadas filosofías orientales la buscan. Y todas ellas coinciden en que hace falta una virtud previa para alcanzarla: la prudencia o phronesis. Sin conocimiento, no hay sabiduría. Pero con conocimiento, sin capacidad de juicio y sin prudencia, tampoco.

Cuando era niño veía la serie Kung fu. Y me entusiasmaba. De mayor he vuelto a ver algunos capítulos, y mi opinión sobre ellos sigue siendo muy positiva. El reflexivo héroe era un verdadero sabio. Se me ocurrió hacer un montaje sintético del primer episodio donde nuestro héroe supera su etapa de aprendizaje. Mi idea era ponérselo a los chavales en clase de Ética o Ciudadanía (si me entusiasmaba a mí cuando era niño, ¿por qué no también a ellos?). Después de todo la serie incide en la phronesis. Y la necesidad de phronesis es el mensaje recurrente de Aristóteles, epicúreos y estoicos tanto o más que de los monjes del templo Shaolín.

domingo, mayo 26, 2013

JENOFONTE Y LA EDUCACIÓN

A menudo los profesores hablamos sobre educación y enseñanza (en fin, sé que esto puede parecer increíble, pero así es). Mi amigo y colega Santiago Blanco (profesor de griego y latín, además de políglota y erudito) me pasó un texto de Jenofonte donde late su preocupación por la formación de los jóvenes. Como siempre los griegos son los más modernos, y descubrimos que sus preocupaciones no son muy diferentes de las nuestras. Lo expongo a continuación para gozo de los presentes. ¡Que lo disfrutéis! 




Por tanto no habrá nadie que no se aparte de esos males y no desee vivamente lo que yo recomiendo, pues una buena educación enseña a cumplir las leyes y a hablar y oír lo justo. En resumen, los que se presten a trabajar constantemente y a ser enseñados tienen como tareas propias lecciones y ejercicios, más la salvación para sus propias ciudades; mientras que los que no quieren ser instruidos a causa del esfuerzo, y se entretienen en placeres inoportunos, ésos son por naturaleza los peores, pues no obedecen a leyes ni a buenas palabras, porque, por no esforzarse, no descubren cómo debe ser el hombre de bien; de modo que no pueden ser ni piadosos ni sabios y, basándose en su falta de educación, censuran constantemente a las personas educadas. En fin, gracias a éstos nada podrá marchar bien; en cambio, gracias a los mejores se hallan todas las ventajas para el hombre. En resumen, los mejores son los que quieren esforzarse.

domingo, mayo 19, 2013

ALEGORÍA DE LA CAVERNA: EXPLICACIÓN (VIDEO)



Si no has has visto la Primera parte de La Alegoría de la Caverna, te recomiendo pinchar en el enlace.



SIMBOLISMO ONTOLÓGICO Y EPISTEMOLÓGICO
La caverna subterránea simboliza el mundo sensible tanto en el ámbito natural como en el social: la sociedad humana ignorante de todo conocimiento. Es por ello el estado de conocimiento que Platón denomina doxa u opinión, donde predomina la apariencia de lo perecedero.
        Los encadenados que confunden la realidad con las sombras de objetos falsos simbolizan a los hombres más errados. Muy probablemente se refiere Platón a los artistas naturalistas que copian los seres sensibles. Las sombras en la pared de la caverna simbolizan las sombras terrestres, reflejos en lagos o ríos y copias artísticas de las cosas naturales. La situación de los encadenados se refiere al grado ínfimo de conocimiento que Platón denomina eikasia  o imaginación.
            El encadenado liberado que confunde los objetos falsos y el fuego con la realidad y que no ha salido aún de la caverna, simboliza al hombre común no iniciado en el conocimiento. Los objetos falsos simbolizan las cosas naturales y el fuego de la cueva al Sol. Efectivamente, gracias al fuego ve el cautivo los objetos de la caverna y gracias al Sol vemos nosotros las cosas sensibles. La situación de tales hombres simboliza el estado de conocimiento de pistis o creencia. Evidentemente seguimos estando errados, pero el error de pistis es, por decirlo de algún modo, menos disparatado que el anterior.