¿Inmigración?
A menudo surge la cuestión migratoria. Se dice que los colegios privados o privados/concertados tienen mejor calidad porque acogen menos alumnos inmigrantes. Y esto es así, según la psicopedagogía políticamente imperante, porque la defensa de los más débiles (económicamente más débiles, aunque no siempre solo económicamente), en este caso los inmigrantes, nos obliga a rebajar la exigencia en la instrucción y acentuar las capacidades socializadoras de la escuela. En fin, de nuevo una tesis buenista en absoluto justificada.
Primeramente, quien más perjudicado sale con una enseñanza sin calidad, esto es, de baja instrucción, es precisamente el inmigrante. La enseñanza básica y estatal debe servir, entre otras cosas, para que sea posible la movilidad social. Y sin calidad, esto no se produce. Es precisamente el inmigrante, dada su precariedad, el más motivado para esta ascensión social (el que en circunstancias normales se mostraría más motivado). A finales de los años sesenta y en la década de los setenta los hijos de los trabajadores (clase baja y media baja) podían aspirar a mejorar las vidas en relación con las de sus padres porque la enseñanza pública tenía unos niveles de exigencia aceptables. Pero esto implicaba una selección inevitable (selección inevitable, o sea, la bestia negra de la psicopedagogía imperante). El factor fundamental de esta discriminación era la propia capacidad, voluntad y esfuerzo del estudiante. Y en absoluto el nivel económico del mismo. Afortunadamente para muchos de los que hoy somos adultos e hijos de humildes trabajadores nadie se atrevió a llevar a la práctica la tesis educativa psicopedagógica que con tan buena conciencia se repite por doquier: a saber, que en los Centros educativos donde había más pobres había que rebajar el nivel de instrucción en aras de la socialización.
Los pobres en los años sesenta y setenta, y los inmigrantes en el 2008, son en muchos sentidos equivalentes, pues son los que más interés tienen en ascender social y económicamente. La diferencia fundamental es que antes los pobres éramos españoles y ahora esos pobres son extranjeros. Ahora bien, la dificultad integradora se da por la lengua, y no tanto por la nacionalidad. ¿De dónde vienen los inmigrantes? Gran parte de los inmigrantes que recibe España son hispanohablantes. En este caso las medidas integradoras no deben ser extraordinarias. ¿Y cuáles deben ser las medidas extraordinarias para los inmigrantes no hispanohablantes? No me atreveré a dar una respuesta concluyente y cerrada, pero en mi humilde opinión cualquier medida extraordinaria en este aspecto debe pasar por un aprendizaje intensivo de la lengua que habla la mayoría de la población. El porcentaje de inmigrantes no hispanohablantes debe aprender la lengua. La integración y su formación pasa ineludiblemente por este aprendizaje. Pero de nuevo aquí tropezamos con planteamientos melifluos. Las llamadas aulas de enlace sustituyen ahora a los grupos de diversificación. El planteamiento psicopedagógico recomienda que la separación del grupo base para aprender la lengua y familiarizarse con la cultura debe ser también “un ratito”, pues como la integración se entiende fundamentalmente como contigüidad, el alumno ruso o chino debe volver a su grupo base para estar con los compañeros de su misma o parecida edad. En mi opinión un inmigrante chino que lleva un año en España, y que apenas dice buenos días o cómo esta usted, debe tener un aprendizaje intensivo de la lengua, y en nada ayuda pasearle por las clases de física o historia si no entiende ni el diez por cientos de lo que dice su profesor ni sus compañeros de aula. Esto no es integración, y a pesar de pecar de reiterativo, insisto: es sólo coexistencia espacial con otros alumnos de su misma edad.
3 comentarios:
Hola Jesús
Se nota el fin de curso ¿eh?
La cuestión principal es qué se pide a la educación pública. Está claro que no es enseñanza, en cualquier academia de lo que sea, lo primero que te hacen es un examen previo para determinar tu nivel de conocimientos y colocarte en la clase adecuada a ellos, en la educación pública no ¿Qué es lo que se busca en ella en realidad?
1)Aparcar a los chicos para liberar a los padres
2) Cumplir un trámite de formación mínimo, lo importante es el trámite, la obtención del título
Saludos
Iñaki
Hola Iñaki
Efectivamente se nota la agonía de fin de curso.
Evidentemente tienes razón. Lo que desespera a la mayoría de los profesores es que no se han dado cuenta aún de cual es su función. Ellos (nosotros) aun nos creemos que nuestra principal función es enseñar matemáticas, física, historia, etc. Pero lo que la administración pide de nosotros (aunque nunca de modo claro y explícito) es una suerte de asistencia social. De hecho nuestra formación es cada vez más irrelevante. Da igual ser maestro o profesor, doctor o licenciado, profesor de matemáticas o de literatura. Todos somos, aun sin asumirlo conscientemente, una única cosa: asistentes sociales, y por tanto, todos somos intercambiables. La mayoría creemos que la instrucción es lo principal, pero la administración tiene muy claro que es lo absolutamente secundario. A estas alturas al menos debemos reclamar claridad. Que no sigan confundiendo al personal (el gremio educativo es estadísticamente el que más acude al psiquiatra). Cuando el politiquillo de turno suelta su demagógico discurso educativo o el sindicalista nos reclama una seria movilización en nombre de la calidad de la enseñanza, evidentemente nos está mintiendo.
El paciente está agonizando de cáncer y el médico nos pide que hagamos lo imposible para que deje de sangrar la espinilla de la cara. Los males de la enseñanza son tan estructurales y de hace tanto tiempo que cuando alguien sale con que se recibe poco dinero en los institutos por parte de la administración o carga su furia con la clase de religión que se sigue dando como optativa en la enseñanza pública, me dan ganas de morirme. En fin, las espinillas hay que curarlas, pero coño ¿es que nadie ve que el paciente se muere?
Todos esos meapilas de psicopedabobos y demas basurilla que hay en los órganos de poder de los institutos se llenan la boca de bobaditas como "igualdad" "diálogo" "respeto al medio ambiente"... Pero luego practican la desigualdad cada vez que corrigen exámenes porque ponen notas distintas; no dialogan con el camello que está vendiendo chocolate en la puerta del insti, sino que llaman a la policía local (violencia de estado) y, a la hora de respetar el medio ambiente, que lo respeten otros, que a mí me encanta conducir un todoterreno.
Y todo así.
En fin.
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