El pasado 9 de noviembre Fernando Savater escribió un artículo en El País con ocasión de la visita del Papa a España. Su estilo es claro y ameno, como siempre, y aun estando de acuerdo en muchas de las cosas que allí se dicen expongo una somera crítica sobre otras en las que quizá carga un poco las tintas.
Entresaco algunos párrafos que no tienen desperdicio:
El Papa denuncia el terrible laicismo de España no solo a pesar de que recibe en su viaje la pleitesía exagerada de todas las autoridades civiles (...), sino por los terribles agravios y la "persecución" que sufre por parte de un Parlamento que legisla sobre el aborto o sobre el matrimonio homosexual sin obedecer al clero y que hasta pretende sustentar una asignatura de educación cívica que no cuenta con el níhil óbstat episcopal.
Por si fuera poco, el Papa merece los máximos honores porque se trata nada menos que de un jefe de Estado. ¡Y menudo Estado, a fe mía! El único de la Europa actual que abiertamente no respeta quisquillosos derechos humanos como la libertad religiosa, la igualdad de sexo para optar a cargos públicos y otras menudencias democráticas semejantes. Es un Estado tan original y único en su género, prueba de la especial protección divina que lo ampara, que se parece mucho más a las teocracias de otros lugares del mundo que a los impíos regímenes laicos que le rodean. El Vaticano es una especie de Arabia Saudí pero decorada por Miguel Ángel y Rafael, lo cual es una gran mejoría estética, aunque en cambio representa poco avance político.
Evidentemente, el gran problema religioso y la mayor amenaza para las libertades públicas en España lo representan las mujeres que llevan velo islámico, no el ver a nuestros representantes electos mostrar todo tipo de deferencia y reconocimiento moral al gobernante de ese Estado modélico... que por lo visto ejemplifica las raíces de la Europa democrática mejor que tanto laicismo y tanta ciencia sin trascendencia como vemos por ahí.
COMENTARIO
Las mujeres saudíes no pueden votar, conducir un coche, comer solas en un restaurante, caminar solas por la calle ni abandonar el país sin el consentimiento escrito de un familiar varón. Deben cubrirse el cuerpo entero y el rostro con una larga túnica negra.
Cada mujer tiene un tutor (mahram), que en principio es su marido. Si no está casada, esta labor la ejerce el padre, un hermano o incluso un hijo menor de edad: cualquier varón con el que no pueda casarse por el grado de parentesco. El mahram debe dar su autorización para que pueda trabajar o viajar. La policía religiosa, que patrulla las calles, vigila la conducta, la ropa y el comportamiento de las mujeres y puede detener a cualquiera, hombre o mujer, por infringir los principios morales y sociales tradicionales del país.
El 9 del agosto de 2007 apareció una noticia en algunos periódicos. Un nigeriano que recientemente había abrazado la fe del Islam ayudó a una vecina de 63 años que se encontraba enferma. La llevó al hospital (en realidad a varios hospitales, hasta que uno la aceptó). El hombre no sabía que, conforme a la ley islámica, un hombre y una mujer que no sean familia directa no pueden estar juntos y solos, así que le condenaron a 50 días de cárcel, además de confiscarle 733 dólares, todo lo que llevaba encima. De modo que si viajas a Arabia Saudita ojo con la caridad cristiana. O con la laica solidaridad.
Casos peores han sucedido y suceden cada día. El 11 de marzo de 2002, durante el incendio de un internado, los porrazos de la policía hicieron volver sobre sus pasos a las pupilas que huían del fuego y que se atrevieron a salir a la calle sin velo. El resultado fue 15 muertas.
Por otro lado es obvio que es más peligroso el velo islámico cada vez más común en las sociedades occidentales, símbolo de represión y en la mayoría de los casos algo impuesto coactivamente por las familias, que la deferencia y reconocimiento moral de algunos de nuestros representantes políticos al Papa. Precisamente porque son algunos. Aquellos que se identifican con sus votantes. Otros, no.
El propio presidente Zapatero no tuvo ninguna deferencia moral con el Papa, probablemente por respeto a la mayoría de sus votantes, lo cual también me parece bien. No veo en este hecho ningún peligro para la democracia. Los políticos españoles se muestran plurales en sus opiniones y actitudes ante la figura del Papa porque la propia sociedad civil es plural al respecto. Ciertamente El Vaticano y su jefe no son modelos de democracia, pero no se sulfure señor Savater, tampoco lo es Hugo Chavez, Fidel castro, el sultán de Marruecos o el propio rey saudí. La deferencia moral del gobierno ante estos peculiares individuos es infinitamente mayor. Y cuando alguno de ellos viene a España el agasajo es mucho más grande que con el Papa. Cosa de los políticos, ya sabe. El error es esperar demasiado de ellos.
Contraponer laicismo y confesionalidad como si fuesen el bien y el mal es cuanto menos exagerado. Es cierto que la Iglesia tiene en su pasado europeo la Inquisición, pero no olvidemos a Hitler y Stalin, a la sazón laicos, que también hicieron lo suyo. Para lo bueno y para lo malo, el cristianismo y los principios ilustrados laicos con raíces griegas constituyen la base de la Civilización occidental. Podríamos descalificar fácilmente a cualquiera de las partes o ensalzarlas si nos entretenemos un poco en bucear en la Historia.
Sé que usted es partidario de la asignatura de Educación Para la Ciudadanía. Pero me temo que usted queda hipnotizado con la palabra ciudadanía. A mi también me gusta la palabreja. No obstante, eche un vistazo a la programación oficial y a los libros de texto. Siendo como es una persona sensata seguro que cambiará de opinión. Una cosa es el nombre y otra el contenido. Gustavo Bueno desgrana muy brillantemente la incoherencia y contradicción del propio título de la asignatura (¿ciudadanía y derechos humanos?). No apelo a la autoridad del filósofo, pero creo que el señor Bueno, filósofo ateo, sabe algo más de esto que Rappel o Belen Esteban. En cualquier caso atienda a la argumentación. Es muy jugosa.
Me temo que usted, tan rebelde y contestatario en otras muchas cosas, en esta cuestión es tan políticamente correcto que me defrauda un poco. Hoy está de moda ser ateo con los cristianos y agnóstico con el Islam. Yo la mayoría de las veces que tengo delante un cristiano soy agnóstico, y si enfrente tengo a un musulmán suelo ser ateo. Soy consciente de que hoy por hoy si Occidente sufre una regresión democrático no será por mor del cristianismo sino por la fuerza cada vez mayor del Islam. Si a usted o a mí alguien con veleidades religiosas nos pone una bomba no será un tipo con alzacuellos sino, muy probablemente, un señor barbudo con un turbante.
En la enseñanza los agnósticos con el Islam y a la sazón ateos con el cristianismo conseguirán que se den clases de religión cristiana y religión musulmana. En aras de la igualdad religiosa. ¿No quieres arroz? Toma dos platos. En fin, todo muy correctito políticamente. Yo prefiero que no haya clase de ninguna de las dos. Cosa que veo harto improbable. En relación con la Educación soy inequívocamente ateo (para los cristianos y para los musulmanes). Pero tal como están las cosa y en relación con la enseñanza, a veces pienso: virgencita virgencita que me quede cómo estoy.
Fuentes:Sobre la mujer en ArabiaNoticias de Arabia
2 comentarios:
Bueno, qué se puede añadir a tu comentario. Casi nada.
Es propio de cobardes meterse hoy con la Iglesia y no con el Islam. No creo que sea el caso de Savater, que los ha tenido bien puestos atacando a los terroristas norteños.
Si la Iglesia tuviera hoy el poder que tuvo en época de la Inquisición todos esos gallitos serían capones que saldrían corriendo nada más atisbar una cruz.
La religion se fundamenta en una aporía y donde empieza la fé termina el conocimiento. Cualquier razonamiento que empiece por dios es falso y cualquiera que termine en dios es ... Dudoso.. No, es igualmente falso.
Por su indemostrabilidad la danza de la lluvia y el pastafarismo tienen el mismo fundamento. Lo místico y lo mágico es ideal para niños: existen las hadas, Papa Nöel, los dioses y los monstruos con la misma credibilidad sometida a la razón.
Creer en un dios es bobo, de facto. Sin prueba, sin posibilidad alguna de demostración....
Y no, ateo no es ser Stalin ni Hitler, igual que ser sacerdote no es ser pederasta. Lo que no se puede es ser creyente y no tener una venda en los ojos.
Sin entrar en la perversión inherente al catolicismo o islamismo, ambas reparten culpas y paraísos donde les interesa o al más absoluto tun tun, aparte del origen antropológico de algunas "normas" (Marvin Harris). La conclusión no es "esta es mejor mira esa que mala" o "ellas tienen que llevar velo" etc. Sencillamente son cuentos chinos. ¿Realmente se creen la danza de la lluvia?
Háganse preguntas; si la respuesta es lo mágico, es que se han cansado de pensar.
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