sábado, mayo 24, 2008

UNA INTRODUCCIÓN A KANT




La vida de Inmanuel Kant transcurre entre 1724 y 1804, en la ciudad de Königsberg, por aquel entonces capital de la Prusia Oriental. Hoy Königsberg pertenece políticamente a Rusia y se llama Kaliningrado, aunque geográficamente se sitúa entre Lituania y Polonia con estatus de ciudad autónoma. A pesar del confuso historial político de esta peculiar ciudad, Kant es sin duda alguna un filósofo alemán. Quizá el más grande filósofo de la cultura alemana.

Kant desarrolla su pensamiento durante el siglo XVlll, el Siglo de Las Luces, y es el mayor representante de La Ilustración germana. Pero, ¿qué es la Ilustración? El propio Kant intenta explicarlo en uno de sus primeros escritos. Dice así:
"La ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad... La minoría de edad estriba en la incapacidad de servirse del propio entendimiento, sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no yace en un defecto del entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con independencia de él..."

lunes, mayo 19, 2008

¿POR QUÉ NO FUNCIONA LA ENSEÑANZA? IV

¿Promoción obligatoria?

Todo alumno debe ascender de curso según marca la ley, pero la ley no da un valor sustantivo a los conocimientos o a las actitudes (léase buenos hábitos, es decir, una conducta que al menos no entorpezca el aprendizaje de la mayoría). El criterio fundamental es la correcta integración y socialización del alumno, y en relación con este criterio es muy importante que el alumno abocado a repetir no se aleje demasiado de su grupo de edad (el pobre podría quedar traumatizado).

Evidentemente el alumno que tiene buen nivel académico y buena conducta pasa sin problemas al curso siguiente. Quien tiene un nivel académico malo (con varias asignaturas no aprobadas ni recuperadas en múltiples oportunidades) y un comportamiento pésimo o simplemente malo, también pasa. Pero ojo, quien tiene un nivel académico pésimo y una conducta nefasta también va pasando, aunque un poquito más lentamente. Obviamente el problema no es el primer grupo (este grupo es más bien la victima), el problema son los otros dos grupos que al promocionar mecánicamente (“promocionar”, de nuevo la neolengua psicopedagógica) entorpecen el nivel de aprendizaje de todos, de ellos mismos y de los otros (el grupo víctima).

Es oportuno recordar que cualquier alumno matriculado en ESO solo puede repetir un año cada ciclo. Es decir, un año cada dos años. Aun suspendiendo todas las asignaturas y aun sin saber español (si se trata de un alumno extranjero), si ya ha repetido 1º de ESO promociona obligatoriamente a 2º de ESO. Y el curso siguiente promociona mecánicamente a 3º de ESO, aun sin mejorar en conocimientos o actitudes. Si su nivel académico y conductual no mejora, probablemente repetirá 3º. Pero no siempre es así. Podría pasar a 4º normal o a 4º de diversificación. Dado que será el “último” año de educación obligatoria los criterios para tomar esta decisión no suelen ser (ahora menos que nunca) académicos o actitudinales, sino buenistas. Se trata de saber qué es lo mejor para el chico/a en cuestión, que repita 3º y separarlo de sus amiguetes casi de su edad o promocionarlo a 4º donde seguirá estando con sus amiguetes (en los casos en los que el problema del alumno es un comportamiento inadecuado, él y sus amiguetes podrán seguir fastidiando la clase rebajando el nivel académico de todos sus compañeros y seguir desesperando a sus profesores). La cuestión académica, actitudinal o lingüística, en el caso de los no hispanohablantes, cuenta aquí muy poco. De nuevo el criterio fundamental es el de la integración/socialización. O mejor dicho “la mal llamada integración”.Terminado el curso, el alumno podrá marcharse a casa, pero generalmente se le concede un año de gracia. Maldita la gracia cuando se da a un alumno “con problemas conductuales”, es decir, a un alumno que hace lo que le sale de las narices sin hacer caso a nadie (maldita la gracia que le hace a él, a los compañeros que aun tiene alguna motivación para aprender y a sus profesores. Aunque seguramente es una verdadera gracia para sus padres que podrán liberarse de su amado hijo durante un curso más). Esta “gracia” se concede sobretodo si el alumno aún no ha repetido curso en el segundo ciclo. Por buenismo que no quede.
De modo que en un 3º o 4º de ESO (para aclarar a los lectores que se pierden con tanto ciclo y curso diré que 3º y 4º de ESO se corresponden por edad a lo que en el plan antiguo era 1º y 2º de BUP) nos podremos encontrar con el chino y el ruso que no tiene ni idea de hablar español, los gamberretes de turno que se lo pasan bomba crispando a sus compañeros y a su profesor, los que tiene problemas cognitivos a veces verdaderamente llamativos (diversos tipos de autismos, psicopatías y deficiencias mentales), y todos ellos junto a lo que yo llamo el grupo víctima, “los normales”, que por cierto a estas alturas ya son muy poquitos pues por contagio y mímesis se han ido uniendo a alguno de los otros, sobretodo al de los gamberretes que es el que tiene mayor “prestigio social”. Este grupo de normales que queda son los resistentes, y son normales en relación con los alumnos de los años setenta, por ejemplo, pero son verdaderos héroes por su resistencia al contagio, y en otras circunstancias serían desde luego excelentes. Los que en estas circunstancias llegan a ser excelentes son verdaderos genios.
Ahora bien, este selecto grupito de alumnos que logra atravesar el desierto de la ESO solo tiene dos años para paliar el triste favor que le han hecho sus geniales gobernantes y la élite de expertos psicopedagogos que diseñó y puso en marcha esta casa de locos. Dos años, eso es lo que dura el bachillerato en la actualidad. ¿Recuerdan ustedes los tiempos en que había tres años de bachillerato y un año más de facto que se llamaba COU? En fin, aquello se acabó porque como ustedes saben era una cosa muy elitista que perjudicaba a los pobres. Pues bien, en tan solo dos años el alumno debe sacudirse todas las nefastas inercias de la ESO, incluido malos hábitos y el mínimo esfuerzo intelectual que en aquel desierto se exigía. La desesperación de los profesores ahora es de otro cariz, pero no menos erosiva. Prácticamente el primer curso de bachillerato se pierde intentando hacer comprender a los alumnos que aunque vengan a clase siempre, sean muy buenas personas o tomen los apuntes (muy bonitos ellos, por cierto), con rotuladores de colores, si sacan un cero en un examen, suspenden; que aunque ellos tienen sus opiniones sobre las cosas, 2+2=4 no es una cuestión de opinión; que hablar y levantarse sin permiso es intolerable; que el bachillerato no es obligatorio y si no les gusta pueden no matricularse, y así ad infinitum.

domingo, mayo 18, 2008

CABRERA Y EpC

Aquí os dejo una perla de la ministra de Educación (¿o es de educación y asuntos sociales, o de qué coño es? Bueno, de lo que sea,"¡pal caso!"):

Sobre la polémica asignatura EpC, Cabrera ha anunciado en el diario progubernamental que "mientras no haya una doctrina jurídica unificada, en este caso, del Supremo, lo que hay es una ley que hay que obedecer". En este sentido ha sostenido que "la responsabilidad de las comunidades es informar de forma clara y meridiana a los padres sobre las consecuencias de que sus hijos no estudien esta materia".

Tras este consejo, y ante la pregunta de qué consecuencias tendrá la objeción, la titular de Educación ha advertido, dejando claro que no es una amenaza, que "no obtendrán la titulación de la ESO. Es el cumplimiento de la ley".

ENSEÑANZA EN CUBA

Las palabras que a continuación expongo están entresacadas del blog de Yoani Sánchez llamado Generación Y. La heróica Yoani, recientemente galardonada con el premio Ortega y Gasset de periodismo digital (la administración cubana no le dejó venir a España a recogerlo), nos cuenta algo interesante sobre la educación en su país.

Solo añado dos cuestiones:

a) Cuando veas las barbas de tu vecino cortar....

b) Echar un vistazo al blog. Yo lo conocí cuando, antes de ser premiada, un ratoncillo de la red llamado filósofo impaciente lo recomendó en su blog.

http://desdecuba.com/generaciony/?p=233


"En la secundaria donde estudia mi hijo tuvimos una reunión de padres que duró tres horas y casi termina en una pelea. La directora del centro escolar leyó la resolución 177 del Ministerio de Educación aprobada en diciembre pasado, donde se establece que el índice académico ya no será determinante a la hora de proseguir estudios en la enseñanza media superior. Los que tengan más altas calificaciones no saldrán premiados con las mejores plazas en preuniversitarios de ciencias exactas, escuelas de arte o tecnológicos de informática y comunicaciones, sino que el tamiz de la selección beneficiará a los más “integrales”.
El conocido escalafón que se confeccionaba a partir de las notas acumuladas durante los tres cursos de la secundaria, ha dejado de existir. En su lugar, el profesor tiene la potestad de asignar –a dedo- quién estudia cada especialidad. Los nueve parámetros que, según el nuevo método de calificación, hacen la integralidad de un joven, son:
1. Asistencia y puntualidad2. Actitud ante el trabajo3. Actitud ante el estudio4. Disciplina5. Uso adecuado del uniforme y de los atributos pioneriles6. Manifestaciones y actividades político-patrióticas7. Participación en actividades culturales y deportivas8. Cuidado de la propiedad social y del medio ambiente9. Relaciones humanas
El punto seis es suficiente para disparar las alarmas, pues abona el terreno donde crecerán fortalecidos el oportunismo y la simulación.
La inquietante reunión ocurrió en los mismos días del Congreso de la UNEAC, donde varios delegados criticaron el estado de la educación cubana y de la formación de valores. Por un lado, se exige que se fomente el talento y la creatividad y por otro, los férreos límites de la ideología segregan a los que piensan diferente.
No me preocupo tanto por mi hijo, pues en los dos años que le quedan para acceder a otro nivel de enseñanza puede ser que ya la impopular medida no exista. Sin embargo, me asusta una Nación donde no se premia el talento, sino la incondicionalidad ideológica; donde un estudiante que participa en una demostración política, puede ser mejor evaluado que aquel que domina los contenidos; donde las propias intituciones escolares señalan, como más atractivo, el camino de las máscaras"

SALUDOS

Un saludo a todos. No me resito a dejar de amenizar estos breves comentarios sobre la Educación en España con unas reflexiones del Catedrático de Filosofía Gabriel Albiac (aunque está entrecomillada, la cito de memoria).
En fin, la cosa tiene su aquel, como diría el castizo.

"Goethe decía que el que sabe realizar algo, lo hace; y el que no, lo enseña. A lo que hoy, principios del siglo XXI, habría que añadir: y si no sabe hacer ninguna de las dos cosas, se dedica a la pedagogía"

viernes, mayo 16, 2008

¿POR QUÉ NO FUNCIONA LA ENSEÑANZA? III

¿Inmigración?

A menudo surge la cuestión migratoria. Se dice que los colegios privados o privados/concertados tienen mejor calidad porque acogen menos alumnos inmigrantes. Y esto es así, según la psicopedagogía políticamente imperante, porque la defensa de los más débiles (económicamente más débiles, aunque no siempre solo económicamente), en este caso los inmigrantes, nos obliga a rebajar la exigencia en la instrucción y acentuar las capacidades socializadoras de la escuela. En fin, de nuevo una tesis buenista en absoluto justificada.
Primeramente, quien más perjudicado sale con una enseñanza sin calidad, esto es, de baja instrucción, es precisamente el inmigrante. La enseñanza básica y estatal debe servir, entre otras cosas, para que sea posible la movilidad social. Y sin calidad, esto no se produce. Es precisamente el inmigrante, dada su precariedad, el más motivado para esta ascensión social (el que en circunstancias normales se mostraría más motivado). A finales de los años sesenta y en la década de los setenta los hijos de los trabajadores (clase baja y media baja) podían aspirar a mejorar las vidas en relación con las de sus padres porque la enseñanza pública tenía unos niveles de exigencia aceptables. Pero esto implicaba una selección inevitable (selección inevitable, o sea, la bestia negra de la psicopedagogía imperante). El factor fundamental de esta discriminación era la propia capacidad, voluntad y esfuerzo del estudiante. Y en absoluto el nivel económico del mismo. Afortunadamente para muchos de los que hoy somos adultos e hijos de humildes trabajadores nadie se atrevió a llevar a la práctica la tesis educativa psicopedagógica que con tan buena conciencia se repite por doquier: a saber, que en los Centros educativos donde había más pobres había que rebajar el nivel de instrucción en aras de la socialización.
Los pobres en los años sesenta y setenta, y los inmigrantes en el 2008, son en muchos sentidos equivalentes, pues son los que más interés tienen en ascender social y económicamente. La diferencia fundamental es que antes los pobres éramos españoles y ahora esos pobres son extranjeros. Ahora bien, la dificultad integradora se da por la lengua, y no tanto por la nacionalidad. ¿De dónde vienen los inmigrantes? Gran parte de los inmigrantes que recibe España son hispanohablantes. En este caso las medidas integradoras no deben ser extraordinarias. ¿Y cuáles deben ser las medidas extraordinarias para los inmigrantes no hispanohablantes? No me atreveré a dar una respuesta concluyente y cerrada, pero en mi humilde opinión cualquier medida extraordinaria en este aspecto debe pasar por un aprendizaje intensivo de la lengua que habla la mayoría de la población. El porcentaje de inmigrantes no hispanohablantes debe aprender la lengua. La integración y su formación pasa ineludiblemente por este aprendizaje. Pero de nuevo aquí tropezamos con planteamientos melifluos. Las llamadas aulas de enlace sustituyen ahora a los grupos de diversificación. El planteamiento psicopedagógico recomienda que la separación del grupo base para aprender la lengua y familiarizarse con la cultura debe ser también “un ratito”, pues como la integración se entiende fundamentalmente como contigüidad, el alumno ruso o chino debe volver a su grupo base para estar con los compañeros de su misma o parecida edad. En mi opinión un inmigrante chino que lleva un año en España, y que apenas dice buenos días o cómo esta usted, debe tener un aprendizaje intensivo de la lengua, y en nada ayuda pasearle por las clases de física o historia si no entiende ni el diez por cientos de lo que dice su profesor ni sus compañeros de aula. Esto no es integración, y a pesar de pecar de reiterativo, insisto: es sólo coexistencia espacial con otros alumnos de su misma edad.

jueves, mayo 15, 2008

¿POR QUÉ NO FUNCIONA LA ENSEÑANZA? II

¿Obligatoriedad hasta los 16 años?

Un razonamiento elemental me puede llevar a concluir que aumentando los años de educación obligatoria aumenta la calidad de la enseñanza. Pero se obvian algunas objeciones básicas de psicología evolutiva. De nueve a diez años y de quince a dieciséis ha transcurrido un año. Pero la equivalencia cuantitativa no se corresponde con lo cualitativo. Es decir, un niño de diez años no es igual que un niño de dieciséis. Este último tiene una voluntad más formada. Si dice no quiero, es no quiero, y las posibilidades persuasivas del padre o del educador caen en barrena. De modo que, por sí misma, esta medida tampoco es buena. Puede ser buena o mala según otros factores. Me inclino a pensar que es mala si va acompañada de una enseñanza uniforme y en exceso teórica. Puede ser buena si va acompañada de diferentes itinerarios que permitan al alumno y a sus padres acomodar la formación del alumno a sus capacidades e intereses.

Hoy en día la enseñanza secundaria es uniforme, a mayor gloria de ideales de igualdad, pero como la realidad es tozuda, cada vez más se implementa con medidas diferenciadoras (llamadas por el argot psicopedagogo diversificadoras) que se cuelan por la puerta de atrás. No obstante, la diferenciación aparece de modo perverso, pues es considerada como una ayuda hacia los alumnos para ponerse al nivel del grupo base. Esto es, diferencia para conseguir la anhelada igualdad. Diferencia con mala conciencia, podríamos llamarlo. Se les saca en pequeños grupos de la clase nodriza y se les intenta enseñar más intensivamente apelando a su deficiencia, diferencia o peculiaridad. En fin, así dicho parece hasta bonito, pero tal orientación es estructuralmente nociva. ¿Por qué?

Empezando por el eufemismo que la designa: diversificación (mal empezamos si la educación, que tiene que ver con el lenguaje esencialmente, se empeña en oscurecer los términos para no ser entendida) y acabando con el fin que pretende, muy buenista él (y como todo buenismo inútil cuando no contraproducente): todos iguales, y por ende, al final todos iguales en la ignorancia.
No insistiré en los motivos reales que llevan a formar este grupo diversificado, pero en la práctica, la mayoría de las veces, el grupo de diversificación es una pintoresca mezcla de alumnos con problemas de conducta y alumnos con deficiencias cognitivas. Intentar atender a los dos sin volverse loco es literalmente imposible. ¿Cómo enseñar a leer a Pepito mientras que Juanito intenta tirar por la ventana a su compañera de pupitre? He ahí un dilema no resuelto aún por la moderna ciencia psicopedagógica.

La cuestión esencial no es que el grupo separado alcance al grupo base (desgraciadamente la mayoría de las veces el grupo base es literalmente base, un verdadero desierto de conocimientos y de buenos hábitos), sino que todos aprendan y se formen lo mejor posible, lo cual está reñido, al menos empíricamente reñido, con que se formen igual. Una honesta diversificación es la que plantea la diferencia estructuralmente, con distintas ramas de enseñanza secundaria. Y para procurarla deberíamos cambiarle el nombre y definir claramente los fines que persigue. Es decir, diferentes ramas de enseñanza secundaria porque las personas tienen diferentes intereses y porque esto aumentaría la excelencia académica e incluso la profesional. Y hasta si me apuran, en un sentido utilitarista, la felicidad de la mayoría. Intuyo que el número de juanitos que intentan tirar por la ventana a sus compañeras de pupitre disminuiría significativamente. A su vez, el número de pepitos que aprenden a leer aumentaría en proporción. En fin, que sobran razones.

¿Por qué no se hace? Lo ignoro. Pero quizá en un planteamiento teórico donde conceptos como integración e igualdad imperan (esto es así en el ideario educativo socialista desde los tiempos de la LOGSE hasta la LOE actual) los subgrupos diversificados deben volver al espacio de la clase base (esto ocurre intermitentemente durante el curso o bien en el curso siguiente) en aras de la integración, confundiendo integración con la mera contigüidad. Es obvio que estar más juntos durante el mayor tiempo no es estar más integrado. No obstante, admitir ramas de enseñanza secundaria diferentes, pero con igual valor educativo, atenta contra el valor de igualdad, pues es admitir que la enseñanza publica obligatoria puede enseñar distintas cosas y fomentar la diferencia entre los individuos. Algo abominable para un igualitarista bien pensante. Me parece a mí que esta opción es como preferir que todos vivamos en la miseria (iguales en la miseria) a convivir con cierta desigualdad económica en una población en la cual ya nadie vive en la miseria.
En fin, ya sé que lo ideal es que todos seamos igualmente ricos (todos multimillonarios) y todos genios sumamente inteligentes y sabios. Y puestos a pedir, y todos santos y buenos. Pero mi conocimiento del mundo me hace ser sumamente escéptico sobre esta última posibilidad. De modo que las únicas opciones reales son las dos primeras.

miércoles, mayo 14, 2008

¿POR QUÉ NO FUNCIONA LA ENSEÑANZA? I

¿Dinero?

Es verdad que cuanto más dinero se invierta en la enseñanza, mejor; pero no es verdad que el dinero sea un factor determinante. Es decir, el aumento en la calidad de la enseñanza no se corresponde con el aumento en la cantidad de dinero invertido en ella. Existen umbrales. Si en un instituto hay diez ordenadores es mejor que si hay cinco, pero la calidad de la enseñanza no aumenta en proporción. Es decir, no aumenta el doble. Incluso es posible que sin empeorarla, rebasados ciertos umbrales tampoco sea capaz de mejorarla. Podemos encontrar Centros con menos presupuestos que den una enseñanza con mayor calidad que otros con más presupuestos. Existen Comunidades más ricas (Cataluña) que tienen peor enseñanza que otras más pobres (La Rioja).