Jesús Palomar, profesor y escritor, entrevista al escritor y profesor Jesús Martín Rodríguez con ocasión de la publicación de su segundo libro de relatos El filósofo impaciente
Nos
citamos en Peña Grande, un chiringuito clásico de Santa Pola al borde del
Mediterráneo. Hace buen día, a pesar de estar ya en noviembre. Jesús Martín toma una
tónica y yo pido un café con leche. El primer par de preguntas que le formulo
para abrir boca son muy directas:
—¿Por
qué escribes? ¿Cómo definirías tu estilo?
—Ojalá
pudiera saber yo por qué escribo. En realidad, lo hago desde hace mucho tiempo.
Cuando era solo un niño empecé una novela que se titulaba Huracán y contaba cómo un huracán se acercaba peligrosamente a
Nueva York. Era la época de las películas de desastres naturales como Terremoto, El Coloso en llamas o La
aventura del Poseidón. Por supuesto, no la terminé. No sé qué habrá sido de
aquellas cuartillas escritas a mano. Siempre he tenido necesidad de contar
historias, aunque desconozco el motivo. Creo que mi estilo es sencillo, sin
grandes alardes semánticos; me gusta centrarme en la historia sobre todo.
—La
mayoría de los relatos de El filósofo
impaciente destilan filosofía. Explícitamente dos de ellos se refieren a
Borges y a Kafka, dos escritores muy filosóficos y, por ende, grandes
escritores de relato breve. ¿Crees que el relato breve es un género especialmente
adecuado para la filosofía? ¿Qué filósofos han influido especialmente en tus
relatos? ¿Qué opinas de Borges?
—Creo
que cualquier manifestación artística destila filosofía en mayor o menor
medida. Como la vida misma. En relación con la literatura, no creo que un
determinado género sea más proclive a la filosofía. Esta puede impregnar una
novela, una poesía, una obra de teatro y, por supuesto, un relato corto. En mi
primer libro de relatos, Helénicas,
también había mucha filosofía. Son muchos los filósofos que influyen en mi
literatura. Los existencialistas como Sartre o Heidegger. También los grandes
pesimistas como Cioran o Schopenhauer. En cuanto a Borges, me parece un
cuentista sobresaliente del que me siento gratamente influenciado. A pesar de
que el relato que he escrito sobre él no lo deja muy bien parado —Jesús ríe y
toma un sorbo del vaso. Su mirada se desplaza hacia el mar, donde un par de
bañistas se han lanzado a las olas aprovechando los veinte grados de
temperatura.
—¿Eres
un profesor de Filosofía que escribe o un escritor que trabaja como profesor de
Filosofía?
—Soy un profesor de Filosofía a quien le gustaría dejar de ser profesor de Filosofía y vivir del cuento —vuelve a reír, esta vez es un atisbo de carcajada.
—Siendo profesor de Filosofía es obligada un par de preguntas: ¿Qué opinas de la reducción de horas de Filosofía en la LOMCE?¿Y de la enseñanza en España?